VÍAS DE INFUSIÓN Y FÁRMACOS DE LA REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR AVANZADA

VÍAS DE INFUSIÓN


  • Vía venosa periférica. 
Es la vía de elección para la administración de fármacos y de fluidos, ya que no interfiere con el resto de las maniobras de RCP. Por esta razón, es una de las primeras que se intenta canalizar durante la reanimación cardiopulmonar. Entre los accesos más usuales se encuentra la flexura del codo, el dorso de la mano, el dorso del pie, y en el caso de lactantes se realiza en el cuero cabelludo. 
Esta vía tiene la ventaja de ser sencilla en su introducción, con reducidas complicaciones y de fácil acceso, lo cual no admite la interrupción de las maniobras de la reanimación cardiopulmonar mientras se obtiene.



  • Vía venosa central
Esta vía tiene la ventaja de un acceso rápido de los medicamentos aplicados, además de una mayor trascendencia de administración de fluidos, incluso mayor seguridad y la probabilidad de poder monitorizar la PVC. Una de las desventajas que presenta dicha vía es la dificultad técnica necesitando de personal altamente capacitado y  por ultimo tiene un riesgo de complejidad durante la canalización. 

  • Vía intratraqueal
Esta vía admite la administración de medicamentos tales como la atropina, lidocaína y la adrenalina, teniendo como resultado una aceptable absorción. 
En el caso de las drogas, estas deben ser suministradas mediante la utilización de jeringas o a su vez por sondas que son introducidas por el tubo endotraqueal, la que está acompañada de varias insulflaciones fuertes para redistribuir el fármaco por todo el árbol bronquial. 

  • Vía intraósea
Esta es una vía de fácil acceso, es otra alternativa que se puede utilizar, se sugiere utilizar esta vía cuando durante los noventa segundos no se ha conseguido el acceso. 
En el caso de los adultos se utiliza una aguja especial punción intraósea perpendicularmente 1-3 cm por debajo de la meseta tibial interna y para los niños mayores se puede utilizar un maléolo interno. 
Una de las ventajas que presenta esta vía, es la colocación fácil, lo cual reduce las complicaciones de acceso, permitiendo la infusión de todo tipo de medicamentos líquidos.





  • Vía intracardíaca
Esta última vía, debe ser evitada su utilización debido a que presenta diversos inconvenientes, de los cuales se puede producir laceración miocardica, interrumpir el masaje cardiaco y dañar los vasos coronarios o provocar su taponamiento. Solamente es recomendada mediante abordaje subxifoideo en situaciones en los que no sea posible la canalización de ninguna otra vía 



FÁRMACOS


  • Adrenalina: Esta sugerida cuando surge un paro cardiorrespiratorio con cualquier clase de ritmo en la realización del electrocardiograma (ECG). En cuanto a la dosis de adrenalina administrada por vía intravenosa es de 0,01 mg/kg (0,1 ml/kg de la dilución al 1/10.000). Cuando la administración es endotraqueal esta debe ser alrededor de diez veces superior, dicha dosis deberá ser repetida cada tres a cinco minutos si continua el paro cardio respiratorio en el paciente.

  • Amiodarona: Es eficiente para el tratamiento de las taquicardias ventriculares y supraventriculares, teniendo el antirrítmico la primera alternativa de la fibrilación ventricular sin pulso refractarias a tres choques eléctricos. Se administra una dosis de 5 mg/kg cada cinco minutos, hasta una dosis acumulada de 15 mg/kg. por paciente.

  • Atropina: Respecto a las indicaciones de la atropina se disminuye al tratamiento y la prevención de la bradicardia sintomática secundaria, a la estimulación vagal y al bloqueo auriculoventricular completo. En cuanto a la dosis de atropina es recomendable 0,02 mg/kg. en los pacientes, la dosis puede ser administrada por vía intravenosa, intraósea o a su vez por vía endotraqueal, la dosis máxima es de 0,5 mg cuando se trate de niños y de 1 mg para adolescentes. Esta dosis puede repetirse cada cinco minutos hasta que se alcance una dosis máxima d 1mg en el caso de niños y de 2mg cuando se aplique a adolescentes.
  • Bicarbonato de sodio: este fármaco de bicarbonato de sodio se recomienda suministrar en los casos de paro cardíaco respiratorio prolongado, es decir, diez minutos, y en la acidosis metabólica documentada, esto se puede repetir cada diez minutos de reanimación. También se puede suministrar en los casos de hiperpotasemia grave o en los casos de intoxicación por antidepresivos tricíclicos. Para suministrar el bicarbonato de sodio se emplea una dosis de 1 mEq/kg diluido al 1/2 con suero fisiológico, puede ser aplicado por vía intravenosa o intraósea.

  • Cloruro cálcico: Este fármaco es fundamental para el proceso de acoplamiento excitación-contracción. El proceso inicia cuando las células miocárdicas son excitadas, luego el calcio entra en el citoplasma e incita el ajuste de actina y miosina. La dosis oscila en la suministración de 0.2 ml/kg de cloruro cálcico al 10%, que equivale a 5.4 mg/kg de calcio elemental. No es recomendable la utilización de gluconato cálcico ya que este requiere un proceso.

  • Glucosa: Este fármaco debe suministrarse solo en casos de hipoglucemia, la dosis es de 0.5 a 1 g/kg, en forma de glucosa al 50% diluida al medio. En los demás casos no es recomendable utilizar este fármaco debido a los riesgos que hiperglucemia y empeoramiento de la acidosis metabólica, incluso se puede llegar a aumentar el daño neurológico.
  • Lidocaína: Este fármaco permite la inhibición de la descarga de focos ectópicos, aumenta el umbral de fibrilación e impide la constitución de circuitos de reentrada lo que puede generar la taquicardia o fibrilación ventricular. Se recomienda una dosis de 1 mg/kg de lidocaína, además seguido de una perfusión continua a 20-50 mcg/kg/min. 
  • Magnesio: La utilización rutinaria de magnesio en el PCR no aumenta la supervivencia y no se recomienda salvo que se sospechen torsades de pointes”. La dosis es 25-50 mg/kg I.V. en 10 a 20 min, siendo una dosis máxima de 2g.









Comentarios

Entradas populares de este blog